A buen entendedor, pocas palabras.
El mandado de Tabárez era mucho más que sacarlo un mes.
Sabiendo que la continuidad es lo que le permitió a Brian afianzarse, y que necesita jugar tranquilo, le hizo lo peor que se le podía hacer.
Ponerlo en un partido un ratito, y no ponerlo más. La clave también era ponerlo contra el rival más difícil para que se le complique más demostrar. Y después percharlo, como si hubiese jugado TAN mal en ese partido que no merecía otra chance. Como si no tuviese nivel internacional. Que se cuestione a sí mismo.
Era cortarle el rodaje, marearlo, que se le pudra el bocho y que nuestro mejor jugador pierda rodaje y confianza de cara a la sudamericana y el uruguayo.
Ahí es donde interfirió Nacional y volvió CORRIENDO a buscarlo, a protegerlo y a traerlo a casa.
Empezó el partido, y mi miedo era que por tratar de demostrar mucho, se ponga el balde.
Por suerte, se dio lo que todos necesitábamos. La cerrada de orto monumental, al viejo más opereta y mierda de todos. Un gol inventado de la galera, como no hubo ningún otro uruguayo en la Copa América. Adentro, y a festejar. Lo mejor que nos podía pasar.