Es que tenía todo el negro, cumplía con todos los ítems para ser amado.
Jugador de las juveniles de Nacional. Tipo carismático que ya era seguido desde antes de debutar, la anécdota del festejo de Gilardino nos la acordamos todos.
Debuta y nos da un título.
Tiene problemas en su barrio por jugar en Nacional, no le cabe nada y va a buscar y se faja con las gallinas que lo jodían.
Gana un clásico sin tocar la pelota y se lo grita a los putos en la cara.
Campeón y goleador.
Clava a la gallina.
Encima que clava a la gallina, le da asco putarol y no tiene problema en decirlo.
Se la aplica a los periomanyas diciendo que nunca patearon una pelota.
Se fue a las manos y nos dejó bien parados en el mundo pegándole a las gallinas, él solo remando de a 3 gallinas juntas y comiendo cana por eso.
Jugando en un cuadro chico clavando a la gallina también y encima cagándose de risa en la cara de ellos.
Jugando afuera con un brazalete con nuestros colores, y championes (pintados a mano, bien para que se note) también.
No le faltó ningún casillero por llenar.